miércoles, 23 de noviembre de 2011

Hinzpeter o de la opinología pagada por el Estado (Publicado por El Mostrador)

Si usted me pregunta cómo calificaría yo la conducta de Hinzpeter en la teleserie mediática que ha protagonizado con el Fiscal Nacional, le diría que ha sido irresponsable… irresponsable a decir basta.

Porque si los Fiscales no hicieron bien su trabajo y dejaron en libertad a una narcotraficante habiendo podido evitarlo; o si los antecedentes y las pruebas disponibles le exigían a la Fiscalía proceder de una forma distinta a la que lo hizo, entonces las declaraciones del Ministro no han hecho más que incrementar la cadena irresponsabilidades.

Y la han incrementado porque- asumo- Hinzpeter no habla a título personal sino en su calidad de funcionario público. Y en su calidad de Ministro del Interior puede, y en realidad debe, llevar el asunto más allá de la opinología.

Irresponsable porque el ejercicio de cualquier función pública en Chile se basa en el principio de responsabilidad. Esto significa que todos los órganos del Estado (en este caso, la Fiscalía) pueden responder administrativa, civil y hasta criminalmente por sus actos. Y si pueden hacerlo, es porque existen los mecanismos legales para hacer valer esas responsabilidades; mecanismos que, evidentemente, están también a disposición del Presidente y de su Ministro del Interior.

Que Hinzpeter se limite, por tanto, a hacer una crítica mediática, que exprese sus opiniones como lo haría yo en el living de mi casa (y, para peor, que el Presidente las avale diciendo que “cumple con su deber”), es una irresponsabilidad que parece orientada a satisfacer la necesidad insaciable de empatía que tiene la ciudadanía; necesidad que por momentos da la impresión es prioritaria para el Gobierno.

Irresponsabilidad, pero que va mucho más allá de la omisión, porque el Ministro no sólo dejó de hacer lo que debía en caso de estar disconforme con la decisión de la Fiscalía, sino que contribuyó a debilitar aún más la ya famosa y manoseada institucionalidad.

El espectáculo de ver al Ministro del Interior jugando volleyball con el Fiscal Nacional ha sido vergonzoso. Hinzpeter no puede decir que “la pega no es solo nuestra: los jueces y los fiscales también son parte del sistema y muchas veces vemos errores que no comprendo”; y no puede simplemente porque no es un espectador pasivo del partido. Y el Fiscal tampoco puede responder que el “Jefe de Gabinete no puede pautear a otros órganos del Estado”, porque de haber algún error, la separación de los poderes del Estado no se traduce en nada parecido a un fuero.

Vergonzoso e irresponsable espectáculo protagonizado además por dos personas que- se supone- saben lo que es el Estado de Derecho y son capaces de medir las consecuencias que tiene banalizar los cauces institucionales.

Vergonzoso e irresponsable espectáculo cuando, para empeorar las cosas, a la guerra de declaraciones se suma la propuesta de elegir fiscales por votación popular.

Vergonzoso e irresponsable espectáculo que no sé si explicar por la mala fe o la falta de inteligencia.

4 comentarios:

  1. No se le pide racionalidad a un comunista.
    No se les pide honestidad a un político o a un periodista.
    No se les pide integridad a los mafiosos que tenemos en la corte suprema.
    No se les pide honor, o lealtad a piñera o los CJs de las FFAA y Carabineros

    Pero sobre todo...

    No se le pide sentido común a un imbécil, inútil, oportunista y canalla como hinzpeter

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  2. Este gobierno aprendió demsiado bien del anterior que las declaraciones de buenas intenciones son comunicacionalmente importantes. Lo malo es que a este gobierno se le olvidó por completo que esas declaraciones deben ir siempre acompañadas de actuaciones institucionales: las mismas que tú echas de menos. El anterior las había olvidado parcialmente, pero este gobierno se ha pasado: ha dejado en la indefensión a todos los afectados por las tomas de establecimientos educacionales, por las marchas y por los desórdenes públicos en general. De modo que otra omisión como esta ya es algo de esperarse.

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  3. Ay Teresita, siempre habrán dimes y diretes en política, peloteándose entre ellos, las responsabilidades. Yo lo veo, a esta altura, como parte del juego político. Acaso hay alguien que quiera llevar los créditos por no hacer lo que se suponía que debía hacer? Es la naturaleza humana, en todos nosotros, por echarle la culpa al empedrado y relegar responsabilidades, y de pasada, reclamar por los derechos.

    Creo que el tema no merecía una columna. Igual Dios te bendiga, El te ama, dio la vida por ti, Acepta, búsca a Jesús, mientras aún tengas oportunidad. Bye

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  4. Híjole (como dijo el Chavo)..."mientras aún tengas oportunidad". En fin...
    El tema de la puerta giratoria me tiene mareado. Efectivamente, se advierten las omisiones en la conducta del Ministro del Interior.
    Me interesaría más la apreciación sobre el "caso bombas", donde la dupla Hinzpeter-Peña ya no registra omisiones, sino acciones concretas, destruidas por el análisis posterior de la instancia judicial correspondiente; porque justo antes Peña emigró, de la Fiscalía al Ministerio, y la vergüenza la tuvo que pasar el siguiente a cargo de la investigación

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