El debate sobre la homosexualidad es complejo, y no siendo especialista en el tema, mi aproximación es sólo la de una persona informada.
Existen desórdenes o anomalías en diversas áreas del comportamiento humano... como la depresión o la anorexia. Se puede decir- sin ánimo de ofender- que una persona con un desorden alimentario tiene una anomalía en su conducta alimenticia. ¿Todos de acuerdo hasta aquí? Bien. Ahora empieza lo contencioso, mantengan sus mentes abiertas por favor ¿Puede haber desórdenes en el comportamiento sexual del ser humano? ¿O es un área dónde todo vale? Yo creo que puede haber desórdenes en ese ámbito. Este es el primer punto que me gustaría establecer: que es posible que existan anomalías sexuales. Creo que hasta aquí serán pocos los que estén en desacuerdo.
Pasamos ahora al segundo punto, más complejo ¿Cómo se determina lo que es normal o no en el comportamiento humano? Propongo dos posibilidades. Es un comportamiento desordenado o anormal:
a) Si va en contra de la función natural de ese comportamiento, o capacidad humana.
b) Si daña al sujeto que lo realiza, ya sea física o mentalmente.
c) Si no le permite al sujeto funcionar adecuadamente en la sociedad en que vive.
d) Si daña de una manera significativa a la sociedad en que vive.
Tomemos un ejemplo: ¿Es la pedofilia una anomalia? ¿Si o no? ¿Por qué? Llevemos el ejemplo un paso más allá: ¿Es normal un sujeto que se regocija en fantasías de pedofilia, pero que nunca las lleva a cabo? ¿Si o no? ¿Por qué? Pongo este ejemplo porque el individuo que disfruta estas fantasías puede, quizá, desenvolverse bien en la sociedad y no se daña a sí mismo físicamente, ni tampoco daña a otros. Pienso no obstante que se podría considerar anormal que su impulso sexual esté dirigido (aunque solo sea imaginariamente) a un sujeto inadecuado. ¿Por qué? Aquí es donde entra la noción de naturaleza. Sé que aquí habrá mucho descuerdo, pero traten de comprender este tipo de razonamiento.
El impulso sexual se dirige a la procreación principalmente, no únicamente. Esto no invalida toda relación sexual porque ella no es capaz de concebir hijos, lo cual sería absurdo, pero ofrece un criterio para hablar de normalidad. El impulso sexual tiene un componente biológico innegable que anuncia por qué ciertas conductas son anómalas. Si el impulso sexual se dirige a un sujeto de suyo incapaz de procrear con uno (un animal, un mueble, un infante) uno puede concluir que está mal dirigido. Una persona que tiene su impulso sexual dirigido a una persona del mismo sexo, tiene su impulso sexual mal dirigido. Sufre, entonces, de un desorden, una anomalía o una enfermedad. Este es el segundo punto: el deseo sexual por una persona del mismo sexo va en contra de la principal función natural de la sexualidad. Si no comprende este tipo de razonamiento, cambie el ejemplo y sustitúyalo por lo que pueda ser un desorden alimentario: el resultado será el mismo... aún cuando muchas veces se pueda comer por el placer de estar con otros, o tener una relación sexual por el simple hecho de buscar la unión con el ser amado y todo el goce, espiritual y físico, que eso trae consigo, eso no va en contra de la función principal del impulso.
Además de considerar las conductas en sí mismas, se pueden considerar lo que acompaña la conducta. Es aquí donde viene al caso citar fuentes. Es verdad que podría haber sido más precisa al citar: muchas de las fuentes que cito son estudios comparativos que abarcan a su vez otros estudios: los puse para que el lector se dirigiera a las citas contenidas en las referencias que mencioné. En vista de que ese trabajo no se lo dieron muchas personas, ofreceré las referencias a sesudos Journals y revistas indexadas y "peer reviewed". Como espero que eso tenga el consenso necesario y universal, no me referiré a la descalificación a priori que recibieron algunas de mis fuentes sólo por su origen y no por su contenido ¡eso es discriminación!
En este tercer punto quiero establecer que la homosexualidad daña a quienes la practican. Concluyo esto por el mayor porcentaje de enfermedades mentales asociadas a la homosexualidad. Concluyo también, a partir de la alta promiscuidad que se da entre la población homosexual, que las personas homosexuales viven su sexualidad y su afectividad de una manera diferente a la de los heterosexuales. Para concluir esto hago referencia a un hecho perfectamente conocido, y remito a las siguientes fuentes:
Alan P. Bell and Martin S. Weinberg, Homosexualities: A study of Diversity Among Men and Women, p. 308, Table 7, New York: Simon and Schuster, 1978.
Leon McKusick, et al., "Reported Changes in the Sexual Behavior of Men at Risk for AIDS, San Francisco, 1982-84 — the AIDS Behavioral Research Project," Public Health Reports, 100(6): 622-629, p. 625, Table 1 (November- December 1985).
"Increases in Unsafe Sex and Rectal Gonorrhea among Men Who Have Sex with Men — San Francisco, California, 1994-1997," Mortality and Morbidity Weekly Report, CDC, 48(03): 45-48, p. 45 (January 29, 1999).
Jeffrey A. Kelly, PhD, et al., "Acquired Immunodeficiency Syndrome/ Human Immunodeficiency Virus Risk Behavior Among Gay Men in Small Cities," Archives of Internal Medicine, 152: 2293-2297, pp. 2295-2296 (November 1992).
Donald R. Hoover, et al., "Estimating the 1978-1990 and Future Spread of Human Immunodeficiency Virus Type 1 in Subgroups of Homosexual Men," American Journal of Epidemiology, 134(10): 1190-1205, p. 1203 (1991).
Judith Bradford, Caitlin Ryan, and Esther D. Rothblum, "National Lesbian Health Care Survey: Implications for Mental Health Care," Journal of Consulting and Clinical Psychology, 62(2): 228-242 (1994).
Richard C. Pillard, "Sexual orientation and mental disorder," Psychiatric Annals, 18(1): 52-56 (1988).
Laura Dean, et al., "Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender Health: Findings & Concerns," Journal of the Gay & Lesbian Medical Association, 4(3): 102-151, pp. 102, 116 (2000).
Theo Sandfort, Ron de Graaf, et al., "Same-sex Sexual Behavior and Psychiatric Disorders," Archives of General Psychiatry, 58(1): 85-91, p. 89 and Table 2 (January 2001).
Hay más... por si el lector no está convencido, pero espero que esto satisfaga a los más exigentes. Puede que el lector no comparta mis conclusiones, pero es un hecho que la promiscuidad entre personas homosexuales es altísima, como también que presentan mayor incidencia de enfermedades mentales (depresión, conductas de riesgo, etc.) que el resto de la población. Algunos pueden atribuir esto a la discriminación... pero un estudio realizado en Holanda (el último citado), país donde la discriminación es muy baja, le resta fuerza a esa hipótesis.
Concluyo con unas consideraciones finales.
La cifra que se da sobre el porcentaje de personas homosexuales es del 10%. Esta cifra está tomada del Informe Kinsey, que ha caído bajo sospecha. Cifras más precisas indicarían que sólo el 2% o 3% de la población sería homosexual (Billy JO, Tanfer K, Grady WR, Klepinger DH (1993). "The sexual behavior of men in the United States". Family Planning Perspectives 25 (2): 52–60).
El hecho de que entre animales se den, también, comportamientos homosexuales no implica nada porque:
1) Entre animales también puede haber desórdenes de conducta.
2) Entre animales se dan conductas como el infanticidio, poligamia, canibalismo y otras que no son deseables en los seres humanos.
3) El comportamiento sexual en animales no es equiparable al de las personas sin más.
Estoy consciente de que en 1973 la APA retiró la homosexualidad del DSMMD, pero es un hecho que eso se hizo bajo fuerte presión (Scasta DL (2002). John E. Fryer, MD, and the Dr. H. Anonymous Episode. Journal of Gay & Lesbian Psychotherapy Volume: 6 Issue: 4 pp. 73–84.). Robert Spitzer, quién fuera responsable de esto, publicó años más tarde un estudio dónde avala la posibilidad de cambiar la orientación sexual de homosexual a heterosexual (Can Some Gay Men and Lesbians Change Their Sexual Orientation? 200 Participants Reporting a Change from Homosexual to Heterosexual Orientation (Archives of Sexual Behavior, October 2003, p.403-417).
En fin, hago un llamado, sobre todo, a que este asunto pueda ser debatido sin descalificaciones. No es justo, ni verdadero, que cuando se habla de homosexualidad haya todo un aspecto del fenómeno que se silencia bajo la categoría de argumentos homofóbicos.
Me parece significativo, no obstante, que la última campaña contribuya a evitar que esta condición se transforme en objeto de burla. Y reitero que, tratándose de eso, soy la primera en apoyar esa causa, como cualquiera que apunte a evitar discriminaciones arbitrarias.
Si una jueza homosexual puede o no educar a sus hijas, si un profesor homosexual puede o no hacer clases en un colegio, son cuestiones que habrá que resolver caso a caso. Ni los hetersosexuales ni los homosexuales pueden aludir a su condición como garantía a priori de probidad.
He dicho.