Hace dos años tomé la decisión de escribir. No fue solo por narcisismo sino también por la convicción de que el pensamiento conservador estaba poco y mal representado en los medios de comunicación. Y aunque no me atrevería a decir que en la práctica lo he hecho mejor que mis amigos, puedo asegurar que eso es lo que pienso en el fondo de mi alma.
El camino no ha sido fácil porque a pesar de que tengo la costumbre de ponerlo todo por escrito desde mi más tierna infancia, el tono de una columna no tiene nada que ver con el que se usa para escribir un diario de vida, una carta de amor o una tesis de doctorado.
Como sea, la necesidad de sentirme interpretada ¡representada! me llevó a poner todo el esfuerzo posible por conseguir que algún medio de comunicación me diera un cupo ¿Cómo lo hice? Muy simple. Me puse a escribir y, semana a semana, le mandaba mis textos a un editor que de vez en cuando tenía la amabilidad de responderme: “No, muchas gracias”.
Fue entonces cuando caí en la cuenta de que mi talento no era tan evidente a los ojos de los demás como a los míos propios y decidí agregar a mis envíos semanales una buena dosis de insistencia. Por mi talento o por el cansancio del editor, acabaría consiguiendo lo que quería.
Como mi sentido de la moral es laxo, también hubiera estado dispuesta a usar influencias de haberlas tenido, pero el mundo de los medios era desconocido para mí y definitivamente ésa no era una opción.
Pese a todo, hay algo que no habría estado dispuesta a hacer. No porque sea buena sino simplemente porque me tengo en una alta consideración. ¿Qué? Justamente eso que hizo ayer Comunidad Mujer en el Mercurio: demostrar inferioridad tratando de entrar a algún lugar por la puerta trasera…
Si las feministas consideran imprescindible que la mujer esté representada en el ámbito público y tienen devaluada la importancia de su contribución en el ámbito íntimo, muy bien… lo respeto. Pero entonces, que compitan.
Que compitan y no pidan que la feminidad se considere como una especie de minusvalía que merece trato preferente y discriminatorio ¡No sea que la sociedad piense ésa es la única forma que tenemos las mujeres de conseguir las cosas! Y si van a condenar el cuoteo, que no lo hagan para pedirlo en su propio beneficio ¡No sea que la sociedad crea que no tenemos habilidades argumentativas!
Si alguien piensa que las mujeres estamos en situación de desventaja o que vivimos bajo la opresión del macho alfa, no me importa. No me importa siempre y cuando las que viven bajo esa idea fantasiosa no traten de resolverlo a costa de hacer evidente nuestra inferioridad.
Mientras la lucha por el poder atribuido al género limite tu agencia en el sistema humano, la confrontación frente a una injusticia siempre será innegable.
ResponderEliminarSra. Marinovic: le recomiendo leer bibliografía sobre feminismo y acción afirmativa antes de opinar. Le recomiendo a Iris Marion Young y a Anne Phillips para empezar. Me extraña que alguien que estudia un doctorado en filosofía no se informe antes de escribir una columna de opinión.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo que bárbara. Siento demasiado amateur esta columna. Sólo me parecen descargos personales, que son interesantes en el sentido de que declararse conservador y pinochetista hoy es penado socialmente, y por ende, alimenta el morbo de los detractores. Mientras más transgredas lo socialmente correcto, causarás más impacto, así de simple. El ejemplo claro fue esa columna que se difundió por medio mundo, sobre los mapuches, donde estabas en desacuerdo con su situación de huelga, y entrelíneas dabas a entender que en realidad para ti eran seres inferiores, recalcando a cada rato que no sabías nada sobre ellos. Es la forma más sutil de descalificar a alguien sin ser obvio, decir que no lo conoces. En fin. Yo creo que ese fue tu peak, y en realidad no sé cuál es el fin de seguir haciéndote famosa por odiosa. Como dices tú, básica es la gente que sigue pensando que yo soy la mala y el resto son los buenos. Pero tus comentarios generan morbo, se ve que en el fondo eso buscas, y siendo la buena no lo vas a conseguir. Todas las mujeres son medias así, intrigosas, buenas para los enredos, se fascinan rápidamente con este tipo de frivolidad, de vanidades. Yo veo eso en ti, no veo amor por la sociedad ni por tu disciplina. No sé a dónde están tus títulos de filósofa, que a todo esto, me hace falta un título del extranjero, como toda buena derechista acomodada con dinero heredado desde los abuelos que inmigraron a Chile, es mucha pobreza solamente tener titulos nacionales.
ResponderEliminaryo creo que te dieron la pega por cansancio.
ResponderEliminary has escrito tesis de doctorado?....lo dudo, porque si lo hicieras no serías tan weona
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