miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mis hijos... hijos del capitalismo salvaje (Publicado por el Mostrador)

Hace pocas semanas pasó en mi casa algo que me sirvió para entender un poco lo que otros llaman los ‘vicios del mercado’. Hasta entonces yo era contraria a cualquier forma de regulación, como gran parte de la derecha poco ilustrada, pero la experiencia de esos días me demostró que estaba equivocada.

La protagonista del episodio fue mi hija Amalia. Resulta que la niña descubrió que sus compañeras del Kinder manejaban plata y, ni tonta ni perezosa, comenzó a llevar al colegio todo tipo de cosas para su venta. La evidencia de que había descubierto un nicho interesante fue patente cuando consiguió vender un suplemento promocional del Mercurio (creo que era de línea blanca) a la no despreciable suma de $1.000 ¡Todo un éxito en consideración a que el matutino completo vale menos que eso!

A sus seis años, la Amalia había detectado que en su curso se daban todos los elementos como para poner el mercado en movimiento: recursos disponibles, una necesidad no satisfecha de consumo y, lo principal, una buena dosis de irracionalidad como para que hubiera demanda para productos como el descrito.

La cosa es que la iniciativa de la Amalia abrió el apetito comercial del resto de mis hijos que aprovechó la oportunidad de enviarle cuanto juguete roto o cachureo había en la casa, a ver si había mercado también para ellos. Fue entonces cuando comenzaron los problemas, porque la cosa pasó de pyme a retail y los conflictos entre la dueña del negocio y sus proveedores se hicieron inevitables.

Para empezar, porque de modo espontáneo surgió dentro de mis hijos una superintendenta, la Josefa, que empezó a cuestionar mi moralidad y la del resto de mis hijos. La mía, por consentir el trabajo infantil y celebrar la astucia de mi hija; la de sus hermanos, por abusar de la ignorancia de las compañeritas de la Amalia. En el fondo, la Josefa estaba aduciendo razones morales para condenar lo que los economistas llaman asimetría en la información. Eso de lo que se acusa hoy a los bancos y que yo podría ilustrar con bastantes experiencias personales.

Acá se podría discutir ad aeternum si la Josefa introdujo en el conflicto económico la cuestión moral o si sólo estableció un criterio técnico para que el mercado funcionara correctamente.

La nueva derecha, que es tan acomplejada como frívola, se inclinaría por esto último con tal de que nadie fuera a decir que es conservadora o que mezcla la política y la moral. La izquierda, siempre convencida de su superioridad moral, pensaría que se trata de normas necesarias para contener la maldad de los demás, nunca la propia; en este caso, la del empresariado.

Como sea, este ejemplo doméstico confirmó mi impresión de que estadísticamente hablando los inescrupulosos superamos en número a los que no lo son, lo que justifica la existencia de ciertas reglas.

Pero los problemas continuaron cuando, unos días después, la Amalia perdió un reloj malo que su hermano mayor le había dado a consignación. Ella alegaba que no era culpa suya, que se lo habían robado sus compañeras ¡Hasta mercado negro había en ese Kinder! Pero él le exigía a la Amalia no sólo el pago de la deuda, sino de intereses no devengados o en su defecto, de una comisión de prepago. El logo de mi banco se me vino de nuevo a la imaginación y con mayor nitidez cuanto más trabas ponía mi hijo para dar por finalizada la relación contractual.

Para peor, las horas de la tarde, que habitualmente eran horas de tareas, se habían vuelto horas de contabilidad entre la Amalia y sus hermanos. Todo se había metalizado y estaban empezando a cobrarme hasta por poner la mesa o hacer su cama, cosa que hasta ese momento formaba parte de sus obligaciones.

Me vi obligada a intervenir el mercado y suprimí, contra mis principios libremercadistas, toda clase de transacciones comerciales, medida de la que yo misma desconfío porque tengo la impresión de que todavía hay algún tipo de comercio ilegal. Es el riesgo de las prohibiciones.

En fin, Magaret Thatcher decía que cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país. Capaz que sea cierto, pero lo que yo necesito ahora, una vez comprendido el problema, es que alguien me ayude a resolverlo.

SI USTED TIENE DÉFICIT DE COMPRENSIÓN LECTORA, LA EXPLICACIÓN QUE SIGUE PUEDE SERLE DE UTILIDAD

En primer lugar, felicitaciones por su humildad. Yo no hubiera continuado la lectura al menos para no reconocer esa falencia.

La anécdota del texto es literal, se trata de un episodio que aconteció en mi casa y las alteraciones que hice fueron mínimas... por ejemplo, cuando digo que mi hijo exigió el pago de intereses no devengados, etc.

Esta columna no pretende cuestionar el libre mercado como el mejor modelo económico posible o conocido al menos. Mucho menos pretende decir que haya que abolir el mercado ¡lo que faltaba!

Las alusiones a la necesidad de que existan ciertas regulaciones tampoco forman parte de lo esencial, fundamentalmente porque en la actualidad no hay nadie que lo discuta.

Las dos ideas de fondo del texto, expresadas quizá sin el debido énfasis, son dos:

1. La primera tiene que ver con la irracionalidad como elemento constitutivo del funcionamiento del mercado.

2. La segunda, con la idea de que la consideración de la política, de la economía y en general de cualquier aspecto de la vida pública no puede disociarse de la moral. Diciendo esto pretendo hacer ver lo absurda que es la idea sugerida por la nueva derecha de que la política debe separarse de la moral. Para ser más precisa, estoy de acuerdo en que se trata de ámbitos diferentes, pero estoy convencida también de que no son absolutamente disociables.

Para terminar, y muy de pasada, hago referencia al proyecto del ley del Sernac Financiero, y a lo razonable que resulta incorporar algunas regulaciones dentro de ese ámbito de la economía... soy gran admiradora de los empresarios, pero el sistema financiero no goza de mi simpatía.

Las columnas de opinión no pueden, a mi juicio, ser escritas en el tono en que he escrito esta breve explicación ¡Qué lata más grande! Sin embargo, y en atención a aquellos lectores parsimoniosos y graves, decidí incluir de vez en cuando una explicación a mis textos que esté a su altura intelectual.

Saludos a ellos!

Tere M.

17 comentarios:

  1. Qué paradigmático que finalmente todo se resuelva con un golpe (de autoridad), no?

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  2. ¿Por qué esta insistencia en poner la familia como modelo de la sociedad?
    ¿Te parece que es verdaderamente comparable?

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  3. Independiente de que no necesariamente comparto todo lo que escribes,pues algunos de tus articulos son bastante "acidos", encuentro formdable esa capacidad de "no dejar indiferente a nadie", hace poco que leo tu blog, pero por lo que observo, estan aquellos a quienes NO le agradas para nada, estan los otros a quien SI le agradas, y esta un tercer grupo que "no tienen comprension de lectura".
    En fin, continua escribiendo.... levantas polvo y eso es bueno...

    Carlos

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  4. Francisca,
    Por supuesto que familia y sociedad son comparables, no completamente, pero comparables.
    La familia es una pequeña sociedad (distinta de la sociedad que agrupa familias y estados, pero una comunidad se seres humanos, al fin y al cabo).
    Una comparación no es una equiparacións, es una ayuda para comprender mejor. No es una idea original mía, se la copié a Platón, que la usa regularmente en sus diálogos.
    Saludos,
    Teresa Marinovic

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  5. Gracias Tere por responder.

    Mi pregunta se circunscribe más bien a tus escritos, fundamentalmente desde que leí "mapuches malcriados". Desde ese texto veo que otorgas roles de hijos o niños a los ciudadanos o a ciertos ciudadanos, lo que no estoy segura si se aplica a una sociedad moderna.
    La lectura de Platón la tengo absolutamente oxidada, lo confieso, pero como cita me parece bastante más interesante que la Tatcher.


    saludos.

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  6. Con la reticencia que me provocan la comparación familia-sociedad y algunas de sus apreciaciones calificativas de derecha e izquierda, estoy de acuerdo con la idea de fondo de su artículo. *Sonrisa* Creo que es primera vez que pasa.

    Me da curiosidad si conjuntamente con la prohibición o "golpe de autoridad" como le llamó don Rodrigo más arriba, (con el que no tengo drama, es parte del rol como padre y una de las razones que hacen distinta a la familia de la sociedad ¿no le parece?) intentó explicarle a los niños las razones de la prohibición. Entiendo que el tema moral estaba expuesto pero quizás un discurso convincente y motivante por parte de usted, una figura amada, los haga no solamente obedecer la prohibición sino también estar de acuerdo con las razones de base. Quizás así la prohibición pierda un poco el sentido y logre criar futuros empresarios no dinero-centrados sino proyecto-centrados.

    Saludos.

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  7. Actuar cuando la situación es crítica no me parece lo más conveniente, porque eso quiere decir que no tenemos proactividad para enfrentar las cosas, y que debemos espear a que estallen. Todos los grandes problemas, sean políticos, económicos, culturales o sociales no se producen de la noche a la mañana, sino son procesos que lentamente florecen. Y siempre hay señales hay algo que se está gestando lentamente.

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  8. Tere,

    Me gusta como escribes, pero no lo que escribes. Creo que dedicas demasiada palabra a la ironía y tienes una tendencia extraordinaria a provocar sin dar explicaciones. Pones "la izquierda esto, la derecha esto otro" y después te fugas. Dejas unas líneas en un párrafo aislado, que bien pudiese sacarse sin causar ninguna modificación en la idea de tu artículo. Parece que se te hace necesario a modo de desahogo. Una vez hice eso en un ensayo sobre teología y el cura me llamó onanista, porque "me iba antes de que el otro diese el asunto por terminado". Me parece que tú pecas de ese onanismo. Pienso que quizás podrías dedicarle más tiempo a los detalles de tus publicaciones. Ser más transparente respecto de tus ideas políticas, en vez de mostrarte como ingenua e imparcial cuando no lo eres.

    Y otra cosa, cuando hablas de “la izquierda siempre convencida de su superioridad moral”, ¿es porque acaso la derecha no está convencida de eso también? ¿No lo estás tú y, en general, casi todas las personas? Afirmar esa clase de cosas es del tipo “Tú siempre crees que tienes la razón” y “El siempre piensa que está en lo correcto”. De seguro cuando alguien dice eso es con justa razón; de lo que hay que darse cuenta, es de que todos piensan lo mismo, todos creen que tienen la verdad moral, la razón política, si no fuese así no podrían discutirlo. Nadie comenzaría una discusión bajo la suposición de que esta equivocado y pocos sostendrían una idea durante largo tiempo si pensaran que su contrario tiene la razón. El pensar que se está en lo cierto es necesario, es adaptativo, sino no se avanza.

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  9. Simpatico y entretenido el articulo y la analogia que presentas entre tu familia y la sociedad.

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  10. Hola. La visité de nuevo y seguí leyendo su agregado, quizás para evaluar si me calza el poncho y en una de esas cuestionar mi capacidad de comprensión lectora. No tengo problemas con reconocer que puedo ser un idiota. =P

    Me surgió una duda sin embargo, quizás por mi misma incapacidad, no lo sé, usted verá; pero menciona a mi parecer dos ideas que parecen oponerse y estoy seguro que no es así, pero esa es la duda: cómo es posible que no se oponga el que, por una parte, usted mencione que -NO- está discutiendo la necesidad de que existan ciertas regulaciones, que eso -NO- es lo esencial; y luego por otra parte, proponga que una de sus ideas efectivamente centrales, es que todo espectro de la vida pública no puede estar disociado de la moral.

    Ambos temas están vinculados por cuanto las regulaciones son la cosificación de nuestra moral, es como se operacionaliza. Ética > Moral > Leyes. Ciertamente no soy doctor en filosofía pero a nivel de tercero medio cuando me pasaron ética y un poco del proceso que ocurre en construcciones culturales, me dijeron eso.

    Efectivamente yo comprendí que usted había caído por insight a partir de su anécdota, en la comprensión visceral de la necesidad para esas ciertas regulaciones, por eso me llamó la atención el cómo resolvió lo moral en la crianza de sus hijos bajo esa situación: en sus términos efectivamente soy medio incapaz, o quizás entero, e hice bien al leer su actualización...

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  11. Pero una nota al margen -digo, para que no se confunda lo esencial de lo accesorio- no nos rete taaaaanto. Entiendo que existen muchos con déficit en comprensión lectora como yo, que la agreden porque realmente no parece caerles muy bien, pero en lo personal (¡porque le he posteado harto! *Sonrisa*) he procurado ser siempre muy educado y formal e incluso la he defendido más de alguna vez, aunque discrepe normalmente con lo que escribe y creo que un par de “coscachos” como el decirnos graves y tontos, no son merecidos para todos –aunque tengamos deficiencias de comprensión- y además no se condicen con su figura normalmente impermeable a esos asuntos.

    Por lo demás de acuerdo entiendo, no deja de tener razón el cura del amigo del comentario ante-anterior: el comentarista de la columna no necesariamente está obligado a comentar el tema central del columnista sino que es un acto volitivo y por consiguiente debería estar obligado a nada: sólo a comentar acerca de lo que le llama la atención y no por eso será tonto o pesado ¿verdad? Deberá admitir pues que su forma también es comentable.

    En todo caso lo central del texto es: relájese con nosotros los tontos, igual le comentamos, tanta mala intención no podemos tenerle, peores son los que no le comentan, he escuchado comentarios verbales de muchas personas que la leen, tampoco la entienden y también la hacen pedazos, pero no comentan nada en su página.

    Para qué se bajará a nuestro nivel, remítase como siempre a no contestarnos. Es un consejo en todo caso porque eso me parece adorable, elegante.

    Saludos. =)

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  12. uy Tere... y bueno, tengo claro que `puedo ser algo lerdita de comprensión. Pero convengamos que tú tampoco eres Jonathan Swift.

    Concuerdo con gran parte del comentario de arldjinn.

    saludos

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  13. jjajajaa qué risa la explicación, la leí de curiosa no más, comprendí perfectamente el trasfondo de la columna en sí.
    Me divierten tus hijos, pero sigo sin estar de acuerdo con tu forma de ver el universo y la vida

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  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  15. En relación con el comentario de arledjinn: Intuyo que Tere agregó aquella explicación al final de su texto para poner en evidencia el hecho de que solía (hoy en día no tanto) haber gran cantidad de comentarios que más que hablar del texto se dedicaban a basurear a su redactora, en base justamente a la "superioridad moral" de quienes leen; y es aquí donde Joaquín duda de si Tere está segura de la superioridad moral de sus palabras. No es eso. Es que gran cantidad de veces quienes tienen un pensamiento de izquierda creen que son más cultos, o más informados, o más inteligente incluso que quienes tienen un pensamiento de derecha, y se sienten con el derecho a "corregir" a, en este caso, Tere, quien abiertamente ha declarado ser conservadora en serio... Y bueno, en evidencia quedó que éstas personas se dieron por aludidas. Buena estrategia Tere, lograste desviar el foco de la atención de tí y concentrarlo en tu texto, que es lo que importa....

    Con respecto al texto: ¿Que clase de educación le das a tus hijos? ¿Como ya en el kinder tu hija es capaz de discernir sobre el mercado, oferta y demanda, oportunidad de negocios, etc, algo que a mi me tomó muchos años (ya de adulto) entender? Debe ser porque a mi (clase media baja) me inculcaron que la asimetría de información era básicamente cagarse al otro, algo que tus hijos hacen de manera innata. Por favor no lo veas como crítica, al revés, te felicito por ello, estás criando a tus hijos sin complejos... Me hubiera gustado haber sido así desde chico.

    Por cierto, pienso que familia y sociedad son necesariamente comparables, no puede ser de otra manera... ¿Que acaso hay gente que cree que está por encima del gobierno o de otros poderes fácticos, como un hijo estaría por encima del padre? Eso explicaría tanto nivel de violencia, llámese huelgas, paros, protestas, en resumen, caos... Vaya sociedad a la que aspiran algunos...

    Saludos Tere.

    PD: Te leo hace tiempo, primera vez que escribo :)...

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  16. Arnolds,
    quisiera comentar tú argumento en relación a que familia y sociedad no son necesariamente comparables, sobre todo si hablamos en una sociedad moderna.
    No se trata de sentirse por encima del gobierno (sería mejor hablar de Estado ¿no crees?)sino que las estructuras internas y juegos de poder que se dan en la familia no son necesariamente extrapolables a una sociedad conformada por "ciudadanos"
    En sus blogs Tere tiende a comparar a los ciudadanos con hijos o niños a los que le falta la voz autoritaria del padre o la figura de autoridad. En la sociedad actual no somos hijos,y eso no significa que se este por la violencia ni la anarquía, sino que al rol responsable que a cada ciudadano le compete ante la ley.

    Y te recuerdo que los paros, huelgas y otras manifestaciones ciudadanas no son violencia, son derechos que existen y se respetan hasta en países con gobiernos de derecha pero con sistemas democráticos. Pero dudo alguien que indica sin problemas que debemos estar bajo los poderes "fácticos" este de acuerdo con esto.

    Por último, es agotador que se acuse de comprensión lectora a los demás y no se realicé la más mínima autocritica en cuanto a lo que se escribe y cómo se escribe.


    Por mi parte creo haber sido siempre respetuosa de Tere pues creo en el dialogo aun cuando se este en la vereda opuesta en cuanto a principios y pensamiento.

    El tono seudoironico de la aclaración última del texto me parece bastante agresivo. Bueno, tal es el tono de la mayor parte de sus escritos y por ello genera también tanta virulencia más allá de sus argumentos. Pero la autora parece que no se relee.
    Por mi parte yo no comentaré nada más aquí.
    Para leer buena ironía existen infinidad de otros autores.

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  17. Francisca,

    El anexo a este texto (la explicación) no va para ti ni por lo general para ninguno de los que comenta en este blog. Lee los comentarios que recibo en El Mostrador, y entenderás a qué me refiero...

    Por el contrario, en el blog respondo cada vez que me parece haber recibido una pregunta interesante, y si no me equivoco contigo lo he hecho en más de alguna oportunidad.

    Saludos!

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