Usted admite que es de derecha, pero piensa y habla en clave socialista. Habla de la educación como un derecho y de la igualdad como un ideal. Y no se da cuenta de que los términos que usa en el debate no son los adecuados para poner en palabras sus ideas. Es de derecha, pero se ha instalado cómodamente en el lenguaje ideologizado de la izquierda y luego no encuentra la forma de superarlo… probablemente porque ni siquiera lo ha notado.
Usted admite que es de derecha pero lo hace con vergüenza. Y yo me pregunto mientras tanto si usted es ignorante, cobarde o simplemente estúpido. Permítame entonces con todo el cariño del mundo, recordarle algunas cosas para que supere su complejo.
En primer lugar debo decirle que las ideas anacrónicas son las de izquierda y no las suyas. No hace falta para demostrarlo que haga referencia a casos extremos como el de Cuba o Venezuela. Basta con que mire lo que ocurre en Europa para entender que el famoso estado de bienestar fracasó. España, Italia, Francia y Grecia son ejemplos elocuentes de lo que digo http://diario.latercera.com/2011/08/21/01/contenido/negocios/27-80872-9-paises-europeos-en-crisis-se-alejan-de-estado-de-bienestar.shtml.
Déjeme decirle además que los países en que usted piensa como contraejemplos, Alemania o Suecia por ejemplo, difieren bastante del nuestro. Para que el estado de bienestar sea algo más que una utopía, se necesita de una productividad mucho mayor que la nuestra y por tanto de una cultura del trabajo que ¡me huele! no tenemos. Y para que sea algo que sostenible en el tiempo, se requiere de una tasa de natalidad muy superior a la nuestra. Habrá que ver si no colapsa también allí donde todavía funciona. ¡Y no me recuerde que en términos de productividad no tengo autoridad moral porque vivo a expensas de mi marido! Yo al menos sé que mi estilo de vida es inviable sin un número considerable de hijos que lo reemplacen a él en caso de viudez. El estado de bienestar es algo que alcanza para pocas generaciones sin un cambio de cultura más o menos potente; y aunque le pese ¡un cambio inclinado hacia lo conservador!
Usted es de derecha, pero concede sin hacer cuestión la proliferación epidémica de los derechos, derechos que en la mentalidad de la izquierda ni siquiera tienen un deber correlativo; y si lo tienen, solo son exigibles a los grandes empresarios, ese grupo endemoniado a los que apuntan la Camila, Gajardo y Martínez con toda su artillería.
Usted es de derecha, pero habla de igualdad; y parece que no supiera que la igualdad no es nada parecido a un valor y que en caso de serlo, la única posibilidad de conseguirlo sería nivelando hacia abajo. Es de derecha, pero no se ha dado la molestia de tomar el diccionario de la RAE para saber que el concepto que usted debería usar es el de equidad, que es algo bien diferente (le dejo la tarea).
Déjeme decirle entonces que si usted admite que es de derecha e incurre en estas contradicciones, es usted un ignorante, un cobarde o simplemente un estúpido. Como sea, después no se queje por favor.