Brillante porque si se trataba de dejarlos a todos contentos, las cosas no pudieron haberse hecho mejor. De otra forma no se entiende que la oposición no encontrara nada mejor que asumir la defensa de las mujeres que ganan más de 30 UF al mes (es decir, de las más ricas del país). Si no fuera porque el proyecto se pensó bien, la Concertación hubiera encontrado una causa más acorde a su discurso.
Brillante porque todos quedaron contentos, comenzando por ese pequeño socialista que cada chileno lleva dentro de sí y que piensa debe tomar decisiones en nombre del pobre mientras se reserva el derecho a decidir cuando se trata de sí mismo. Ese que conmueve con su discurso romántico sobre la educación y la salud pública, mientras lleva a sus hijos a los mejores colegios privados y a las clínicas más pitucas del país. El mismo que ahora le da a las mujeres más ricas un margen de decisión, mientras se lo niega a las más pobres.
Brillante también porque dejó contentas a las feministas. Unas semanitas de post natal para los hombres no sacian por completo su sed de venganza contra la naturaleza… pero la calman; y las que tenemos hijos sabemos muy bien por qué. Durante los primeros meses, la vida de la criatura y la de uno transcurre entre leche, deposiciones y eructos, nada que despierte un interés particular en el hombre.
Brillante además porque los economistas quedaron si no contentos, al menos tranquilos; es verdad que el proyecto parece un regalo caído de la piñata estatal, pero en realidad se trata de una estrategia tendiente, por una parte, a sincerar los datos y por otra, a enfocar un poco mejor los recursos. Hasta hoy, el post natal real duraba 5 meses y medio (por las famosas licencias) y la mayor parte de los recursos llegaba a las mujeres más ricas. En la práctica, la extensión del post natal será de dos semanas y las beneficiarias dejarán de ser las mujeres más privilegiadas.
En suma, políticamente hablando el proyecto de ley no pudo reflejar más astucia y por eso soy la primera en considerar que fue una salida brillante para dar cumplimiento a una promesa de campaña que simplemente no se podía cumplir.
Una cosa distinta es que yo crea que el proyecto en cuestión tiene algún sentido si se piensa desde el punto de vista de los problemas relevantes que afectan a la familia.
Porque tener 3 meses más de post natal no ayudará en nada, por ejemplo, al aumento de la tasa de natalidad. Si las mujeres no tienen más hijos es, en parte, porque las garantías que existen de darles buena salud y educación no son suficientes. Pero también porque dedicarse a tener hijos y a educarlos es algo que está socialmente devaluado. Sin ir más lejos, ayer me decía un amigo a propósito de un trabajo que yo no quiero aceptar: “No eres sólo un útero” y en los comentarios a mi blog no faltan críticas del tipo “quédese en su casa” o “dedíquese a tener hijos”. La idea de fondo es que se trata de algo mucho más simple que escribir en El Mostrador y, por supuesto, más irrelevante.
Tener 3 meses más de post natal tampoco ayudará mucho en el tema del apego ni en la configuración psicológica del hijo. La cría humana es una excepción a nivel de los mamíferos: a los nueves meses alcanza el nivel de autonomía que tienen la mayoría de los animales a pocas horas de nacer y hasta los cinco años necesita estar muy cerca de su mamá. Es una de las objeciones que yo le haría al Creador pero es lo que hay, y desconocerlo es engañarse pensando que alguien (o algo: llámese Estado, empresa, sala cuna o jardín) puede asumir los costos ineludibles que tiene la maternidad tanto en el cuerpo como en el trabajo de la mujer.
En fin, pasan los meses y sigo sin encontrar medidas que signifiquen un avance decisivo en materia de protección a la familia. La Ministra del Sernam está obsesa con la idea de reclutar a su marido en la casa, la Evelyn con los datos macroeconómicos y su eventual proyección presidencial y Piñera será causante de más de un divorcio con su 24X7 (no todas tienen la paciencia de la Cecilia), pero de la familia, de la familia en serio, nadie habla.
En la edición de El Mercurio de hoy se publicó una tribuna titulada "El posnatal en los países nórdicos", firmada por los embajadores de Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca. En dicha tribuna, los embajadores hablan de los beneficios que los largos posnatales de esos países otorgan, de cómo son compartidos entre padre y madre, y de los beneficios sociales que esto ha implicado.
ResponderEliminarNo niego que el proyecto del postnatal en Chile plantea muchas interrogantes, es claramente perfectible y debe haber debate público, y obviamente no es cosa de llegar y comparar Chile con los países nórdicos.
Sin embargo, te recomiendo esta tribuna para que puedas dialogar con algo real, más allá de tus prejuicios y tus críticas tengan un mayor respaldo con algo de la realidad social.
Te aseguro que allá afuera hay un mundo fascinante y sorprendente.
Bueno saquemos cuenta a quien beneficia la Ley de post natal; Sólo el 44% de las mujeres trabajan. Del 44% de las mujeres que trabajan, aproximadamente el 60% tiene entre 18 y 40 años. Eso nos deja un 26% aprox. de las mujeres en edad de tener un hijo, (del 100% de las mujeres). De ese 26%, un 19% trabaja en forma independiente, un 22% a plazo fijo. En resumen solo a un, 60% de ese 24% (de plazo fijo) les favorece el aumento del post natal, esto da como resultado un 14,4% de mujeres (del universo del 100% de las mujeres) y de ese 14,4%, solo beneficiaría a los quintiles de menores ingresos, que según el gobierno es el 60% del 14.4% . Esto nos da como resultado que solo el 8.6%, del total del universo del 100% de las mujeres se pueden beneficiar por el Post Natal. Pero esperen no es todo por que de ese 8,6%, no todas tienen guagua en un año!. De acuerdo a diversas fuentes…en un año existe la probabilidad que apenas el 4,5% de ese 8,6% tenga un bebe por lo que el resultado final es una cobertura de 0,387% de las mujeres afectas a la extensión del post-natal.
ResponderEliminarY como nunca eso es todo hay que recordar que se acorta el período de fuero maternal y el tema de las licencias médicas compensa la extensión, apenas el beneficio alcanzaría para el 0,1% de las mujeres.